jueves, 16 de diciembre de 2010

¿La verdadera esencia de la escuela?

Los primeros años de la escuela estuvieron marcados por la autoridad que ejercían los maestros sobre los alumnos. La palabra del maestro era irrevocable y todos los alumnos le guardaban un gran respeto, e incluso miedo.
Años después, a la vista de que este sistema no funcionaba, varias personas lo criticaron,ya que era un sistema de férrea autoridad con el que los niños eran duramente castigados y presionados, y mediante el cual no aprendían ni escuchaban lo suficiente.
Se pasó entonces, del maestro autoritario al maestro amigo y los métodos eran cada vez más dinámicos y entretenidos, pero el problema siguió siendo el mismo. Esta educación seguía sin llamar la atención de los alumnos.
En ese momento, se llega a la conclusión de que lo que hay que cambiar es la base de la educación, los cimientos del edificio educativo, pero...¿cuáles son estos cimientos?
El objetivo de la educación es educar, enseñar a los niños una cultura y enseñarles a ser personas en general.
En mi opinión, ni la autoridad del maestro, ni ese profesor tan permisivo y amigo son buenos para una gran educación. Es necesario buscar un punto intermedio.
Hay que motivar al niño para que crezca su interés mediante actividades por ejemplo, al aire libre, pero no hay que perder nunca tu posición de profesor delante de los alumnos ya que deben comprender que no eres su amigo, pero a la vez deben saber que pueden contar contigo.
Creo que el profesor debe castigar cuando el alumno haga algo mal o incumpla las normas pero también debe recompensarles en la situación contraria.
Como conclusión decir que el centro de la educación, como bien decía Rousseau, es el niño. Sin niño no hay escuela, ni educación. Un profesor bueno de verdad aparate de dar el temario necesario en cada ciclo debe ponerse en el lugar del niño.El maestro debe entender los problemas de los niños, sus inquietudes y sus intereses. Un gran método para que los niños aprendan, es darles el temario vinculándolo a sus intereses.
Y, por supuesto, no hay que olvidarse de que muchas veces en cada clase aprenden más los profesores de los niños que los niños de las explicaciones del profesor.

1 comentario:

  1. Bueno, tienes que repasarlo porque tienes errores en comas y puntos, repeticiones de palabras e, incluso, un verbo en infinitivo sin verbo principal que lo sustente.

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